Cuando se va a colocar una prótesis de mama, se diseña un bolsillo donde va a ser colocada la misma.
Normalmente, el organismo, ante la presencia de un cuerpo extraño, crea un tejido conectivo que lo rodea y lo aísla totalmente. Este tejido formará un recubrimiento alrededor de la prótesis de consistencia blanda, en forma de una fina película, que no modificará la forma ni la posición de la prótesis.
En nuestro centro llamamos a este tejido cápsula peri protésica, y existe en todas las pacientes intervenidas de prótesis mamarias.
El encapsulamiento o contractura capsular se produce cuando este tejido que se forma es demasiado grueso, demasiado fibroso, mucho más duro de lo habitual, y condiciona que la cavidad inicial se modifique, a veces de posición, provocando que el implante se desplace, generalmente hacia arriba, y a veces de tamaño, contrayéndose el mismo y haciendo que la prótesis no quepa en su cavidad, por lo que se pueden formar pliegues y adquirir la forma de “bola” o “pelota” característicos.
Si el encapsulamiento se produce en una sola mama, se puede observar una asimetría, y si es en ambos lados, las mamas se notarán más duras de lo normal, pero se puede mantener la simetría.
Las causas del encapsulamiento son múltiples y a veces desconocidas. Entre las conocidas están los hematomas, las infecciones o contaminaciones del implante, la falta de movilidad en el post-operatorio, la hiperreactividad individual de la paciente, las contusiones , la exudación de gel del implante y la ruptura del mismo.
Para evitar que se produzca el encapsulamiento lo más importante son las medidas preventivas, que deben ser aplicadas rigurosamente y el seguimiento atento de la evolución de la formación del tejido peri protésico, para poder detectar la aparición de contractura capsular en sus fases iniciales e iniciar el tratamiento adecuado en cada caso.