Qué sucede con tu piel mientras duermes

Cuando tenemos una mala noche, el resto de personas se pueden dar cuenta de ello por nuestro rostro. Es allí en donde aparecen los párpados caídos, los ojos hinchados, las ojeras, las malas caras, entre otros. Además de eso, se dice que quien duerme poco envejece más rápido o al menos tiene signos de envejecimiento que se demuestran antes. Es por ese motivo que el descanso es fundamental para tener una piel joven ya que tu piel mientras duermes lleva un proceso de reparación general de drenaje de toxinas, colágeno y recuperación del pH entre otros.

Los procesos de tu piel mientras duermes

En el momento en que te vas a dormir, los niveles de hormonas del sueño suben y por ende sucede lo contrario con el cortisol que es la hormona relacionada con el estrés. También hay un descenso en lo que se refiere al nivel metabólico que permite eliminar todas las toxinas que se van acumulando en el día y que terminan dañando la piel de distintas formas.

Frente a todo esto, es que hay que tener en cuenta el tipo de tratamiento que se aplica en la piel de forma tal que todo ello sea una ayuda para alcanzar eso que tanto se desea.

Así, se recomienda entonces aplicar tratamientos durante el día que nos ayuden a hidratar la piel mientras que por la noche, lo más recomendable es hacer uso de cremas que ayuden a reparar la piel y que sus efectos se den durante las horas de sueño. No es casualidad que muchas cremas especifiquen que deben de ser utilizadas tan sólo en la noche. Es ahí en donde se consigue obtener el máximo de beneficios de ellas.

Es importante saber que cada piel es diferente y por lo tanto no todas necesitan del mismo tipo de cuidado diario. Hay que brindarle a la piel claramente lo que necesita para que no pierda esa elasticidad e hidratación y por supuesto hacer uso de un buen protector solar para que los rayos de sol no terminen afectando las capas de la dermis.

Queda claro entonces que además de unos buenos tratamientos estéticos preventivos, lo mejor es dormir la cantidad de horas debida para que nuestra piel se recupere, se repare, elimine las sustancias que nos hacen daño y así retrasar el envejecimiento.